Gimnasia dejó pasar anoche una buena oportunidad de ponerse adelante en la serie que disputa ante Central Norte y ahora deberá ir a ganar a Salta dado que un empate clasifica a su rival a la siguiente fase.
Mucho se habló de la debilidad defensiva del Cuervo salteño, lo que rápidamente quedó evidenciado con las facilidades que otorgaba pero que Gimnasia, por su falta de gente en ofensiva no lo podía aprovechar.
El Lobo tuvo 20 minutos donde manejó la pelota e ilusionó a su gente, la que pese al mal tiempo, lo acompaño en buen número.
Pero prontamente la visita fue tomándole la mano a la única variante que tenía Gimnasia en ataque: los desbordes de Sánchez o Flores. Cerró ese sector y comenzó a manejar mejor la pelota para emparejar el trámite aunque no hablar de acercar peligro al arco defendido por Kloster.
En el reinicio más de los mismo a tal punto que cuesta encontrar situaciones de riesgo frente a los arcos. Un centro de Lovera que Besel cabeceó mal, fue lo mejor el Lobo. La permanente búsqueda de Enso Noir era lo más importante de la visita que se sentía más que conforme con el empate.
Teniendo en cuenta la necesidad de ganar que tenía Gimnasia y las opciones con que Bravi contaba en el banco se esperaban cambios más ofensivos.
Los tres fueron puesto por puesto y entonces nada cambio porque Suárez, Bravo y Tonelotto no cambiaron nada de lo que había ocurrido antes por lo que todo quedaba supeditado a la enorme lucha que, siempre en inferioridad numérica, tenía Conrado Besel con los defensores visitantes.
Y esa búsqueda casi tuvo su premio en el final cuando quedó de cara al gol pero Maino, rápido de reflejos, le tapó su remate.
Fue lo último de Gimnasia que no pudo doblegar a Central Norte en el que le faltó audacia para lograrlo.
Obviamente que la serie está abierta porque Central tampoco demostró mucho pero, un triunfo en el Núñez, le hubiese otorgado mayor tranquilidad pensando en la revancha.
LA CLAVE
La falta de ideas fue la principal responsable de este empate en cero entre Gimnasia y Central Norte. Quizás el técnico no haya querido arriesgar a Matías Padilla pero el Lobo sintió mucho su ausencia. Faltó alguien capaz de habilitar con certeza a Besel. Lovera tuvo mucho despliegue y le puso enormes ganas pero le falta para hacerse dueño del juego.
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