miércoles, 25 de abril de 2012

Copa Argentina: El miedo vence al fútbol


Si dentro 20 años alguien trata de ejemplificar la desorganización que reina en el fútbol argentino, encontrará en esta historia un buen caso testigo. Se trata de la suspensión del partido por la Copa Argentina entre San Lorenzo y Barracas Central, un equipo de primera y uno de la B Metropolitana, es decir la tercera división. ¿El motivo? ¡Un rumor! Sí, ante las versiones que circularon en foros de Internet sobre la presencia de hinchas de Huracán por su buena relación con el equipo del ascenso, con la intención de provocar choques con sus rivales del club azulgrana, el cotejo fue suspendido por decisión del Comité de Seguridad Deportiva bonaerense (Coprosede), que encabeza Rubén Pérez, y que depende del Ministerio de Seguridad de la provincia, cartera que tiene como titular a Ricardo Casal.
De esta manera, el choque por los octavos de final de la competencia federal se postergó para la semana que viene, en principio, en algún estadio capitalino, que sería el de All Boys o el de Argentinos. Claro que debe aclararse que todo es a confirmar, porque el partido, entre idas y venidas y rumores, ya tuvo varios cambios de escenario: Chaco, San Juan, Almagro, Platense y Lanús. En esta última entidad, anteanoche, los encargados del torneo estaban en plena tarea organizativa para el choque que estaba previsto para hoy, y no tenían ninguna noticia en contrario de la realización del cotejo. Finalmente ayer, a las 18, se confirmó la suspensión desde la AFA.
El presidente de Barracas, Claudio Tapia, se refirió a esta realidad incomprobable sobre la asistencia de la barra del conjunto de Parque Patricios: "Es imposible determinar si van a ir o no los hinchas de Huracán. No se puede saber si se conocen o no más allá de estar tan cerca las canchas. Además, en las redes sociales se puede decir cualquier barbaridad". Y, seguidamente, Tapia apuntó a los organismos de seguridad: "El 90% de lo que pasa en el fútbol es culpa de los dirigentes. Pero dónde y cuándo se juegan los partidos lo determina el Comité de Seguridad. En este caso, los dirigentes no tenemos nada que ver. Si no se juega es por responsabilidad de los organismos de seguridad".
Otras voces se sumaron en este sentido. "El Coprosede nos dijo que era un partido de alto riesgo. No nos dio más explicación que la de un hipotético acercamiento entre la hinchada de Barracas y la de Huracán", le explicó Fernando Piccolella, director general de la Copa Argentina, a La Nacion. "Como teníamos todo organizado y los dos equipos estaban concentrados, ofrecimos jugar el partido a puertas cerradas aun perdiendo el dinero de la recaudación. Pero aun así el Coprosede nos dijo que el partido no había manera de jugarlo", agregó el representante de la empresa Santa Mónica, que organiza el certamen.
¿Por qué se suspendió? Desde hace tiempo se habla de una mala relación entre Rubén Pérez, titular del Coprosede, y la AFA. Y de que por eso, el organismo de seguridad ha complicado algunas programaciones de los partidos de fin de semana. "Entendemos que es posible que haya un trasfondo", argumentó Piccolella, quien agregó: "Nosotros teníamos el operativo listo con 380 efectivos de la comisaría segunda de Lanús -con un costo de 70.000 pesos-. Desde el plano organizativo todo estaba en condiciones".
Mientras tanto, Ricardo Caruso Lombardi, que había anunciado que pondría suplentes en el cotejo, minimizó la importancia del partido. "Por mí que el club entregue los puntos, mi preocupación es sacar a San Lorenzo de la zona del descenso", dijo el técnico cuando todavía no se sabía el destino del partido. Pablo Migliore alzó su voz en tono de protesta: "Estamos metidos en el campeonato y nos modifica la semana de entrenamientos que no se juegue el partido. Estas cosas generan fastidio".
El ganador de este cruce de octavos de final jugará con River, en cuartos, en Salta. Curiosamente, el equipo de Matías Almeyda también se vio perjudicado por este papelón organizativo, ya que iba a jugar en la provincia norteña y luego, por la B Nacional, viajar directamente a Tucumán para enfrentar a Atlético, por la 33a fecha.
Quedará marcado con rojo en la historia del fútbol argentino: el 24 de abril se suspendió un partido por un rumor. Un verdadero papelón.

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